El Teatro Memorias manifiesta a la comunidad nacional e internacional, a los países acreditados en el país, a los organismos de cooperación, a las ONG, tanto nacionales como extranjeras, a los compañeros artistas, y al pueblo hondureño en general lo siguiente:
La grave situación en que se encuentra la máxima casa de la cultura hondureña.
El Teatro Nacional Manuel Bonilla ha estado abandonado de las políticas públicas del estado hondureño durante muchos años.
La indiferencia gubernamental ha sido de todos los gobiernos desde que empezó la llamada “era democrática”. Siendo una vergüenza centroamericana que los partidos políticos que se han repartido el poder en Honduras en los últimos 30 años no hayan tenido nunca un ápice de sensibilidad con un edificio que ha sido testigo del acontecer político, social y cultural de la nación.
Esta vergüenza se manifiesta aun más porque aunque estábamos bajo la bota militar en los años 60´s y 70´s fueron los gobiernos militares los que crearon la Compañía Nacional de Teatro y crearon un Ministerio de Cultura manteniendo en esos años una constante e interesante actividad teatral desarrollada en los recintos de esta máxima casa de la cultura.
Pero llegando los partidos tradicionales al poder lo primero que hicieron fueron restar presupuesto al teatro nacional, cerrar la Compañía Nacional de Teatro y por ende disminuir toda la estructura del Ministerio de Cultura.
En estos últimos años el descalabro en la conservación y preservación de la estructura interna del edificio es más que notorio. En la época del presidente Maduro se hicieron unas remodelaciones a la fachada del edificio, remodelaciones muy cuestionadas ya que se invirtieron varios millones de lempiras sin que se solucionara a largo plazo el problema. Olvidándose de lo más importante, su estructura interna .Paredes, techo, baños, silletería, escenario, tramoya, equipo técnico de luces y sonido.
Sabemos que el Teatro Nacional cuenta con una partida presupuestaria para gastos de mantenimiento, pero que en los últimos años este presupuesto no ha sido destinado a las tareas de conservación y mantenimiento del edificio. Ya que se notan grandes problemas en las paredes de los costados que presentan grietas y humedad, estas pueden erosionar las estructuras y las paredes pueden ceder y derrumbarse. También el techo en épocas de invierno cede y presenta muchos huecos donde se cuela el agua, tanto que los artistas y público han tenido que evacuar el agua que ha estado a punto de rebalsarse del gallinero.
También el deplorable estado en que se encuentra la tramoya del teatro ha hecho que en plena función se desprendan objetos de madera y de metal punzantes que han estado a punto de producir una tragedia.
El colmo de la situación ha llegado cuando la consola de luces del teatro ardió en llamas en plena presentación, hace unas semanas. Y posiblemente le siga la consola de sonido.
Y como suele pasar en Honduras que nos gusta legislar en caliente, hasta que el techo del Teatro Nacional, su tramoya y sus paredes se derrumben es que empezaremos a pensar que vamos hacer con ese edificio. Y como la cultura y el arte no es prioridad para nuestro Gobierno y para nuestro Congreso, nos veremos en la obligación de botar el edificio y convertirlo en un hermoso parqueo que tanto se necesita en esa zona.
Por lo tanto el Teatro Memorias exige a las autoridades correspondientes lo siguiente.
1- Evaluación de las condiciones en que se encuentran, baños, camerinos, paredes, techos del edificio y su pronta recuperación y mantenimiento. Por el bien de los que visitan este recinto y no haya tragedias que lamentar.
2-Una evaluación, del grado de deterioro en que se encuentra, la tramoya del teatro. Exigiendo que se le asigne un presupuesto que haga posible su transformación, por el bien y seguridad de los artistas que allí nos presentamos. Cambiando la tramoya del teatro, con una estructura de barras movibles, sostenidas en contrapesos que hagan posible la realización de espectáculos de mayor calado.
3-Transformacion de las viejas barras de luces, que presentan los cables por fuera, por unas modernas barras que mantengan los cables de alta tensión guardados. Eso evitaría la posibilidad de un incendio inminente.
4-Cambio de toda la cámara negra, de bastidores, bambalinas y telón de boca ya que se encuentran rotos, y no se han cambiado en 50 años.
5-Compra y, mantenimiento de todos los aparatos de luces para que no se vean los técnicos en la penosa situación de descartar un aparato porque las bombillas se han quemado y luego no se compran nuevas.
6-Compra de una nueva consola de luces, que ahora es prioritario ya que después de la fundición de la antigua, ahora el teatro se encuentra con una consola semi-profesional.
7-Que el dinero recaudado por el teatro se quede para el mantenimiento del teatro y no se otorgue a otras actividades del Ministerio de cultura. Y que se le reasigne el presupuesto de mantenimiento que antes tenía.
Por un teatro al servicio del pueblo.
Tito Antonio Ochoa Camacho.
Director del Teatro Memorias.